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La deuda pública de un país es la deuda acumulada por todas las administraciones públicas del mismo. Actualmente, se puede dictaminar que es una de las inversiones más seguras que existe. Por esta razón, se posiciona entre las principales opciones para los inversores más tradicionales.
En ese sentido, las inversiones positivas no son la única opción para inversores conservadores. La alternativa de invertir en deuda pública también es una opción plausible y demanda entre estos perfiles de inversores.
La Deuda Pública y sus tipos
Un gobierno se posiciona ante déficit público cuando ha gastado más de lo que ha ingresado. Ante este contexto, necesita encontrar otra fuente de financiación. Para ello, realiza emisiones de activos financieros, es decir, la deuda pública es el dinero que pide prestado un Estado para financiar sus gastos e inversiones.
La deuda pública también engloba a ayuntamientos, comunidades autónomas y diputaciones provinciales. Estos organismos oficiales también pueden emitir deuda pública.
Las letras del Tesoro, los bonos del Estado y las Obligaciones del Estado son los principales tipos de emisiones de renta fija existentes. A continuación, se detallan exhaustivamente cada uno de ellos.
Letras del Tesoro
Su plazo de vencimiento es el más corto, de 3, 6, 9 y 12 meses. Además, la cantidad invertida debe ser múltiplo de mil (1.000, 2.000, 3.000…). Se pueden adquirir en mercados primarios y secundarios. Generalmente, se emiten al descuento, por ello, ofrecen un interés más bajo y tienen plazos más reducidos.
Bonos del Estado
Su vencimiento es más largo, de 2, 3 o 5 años de plazo. Este tipo de deuda pública suele aportar intereses anuales a través de cupones. No obstante, el inversor también puede ir cobrando la rentabilidad de una manera mensual. Se pueden adquirir en el mercado primario y secundario, por tanto, es posible vender antes de finalizar su plazo. También, su cantidad invertida debe ser múltiplo de mil.
Obligaciones del Estado
Es el tipo de deuda pública con mayor plazo de vencimiento, de 10, 15 o 30 años, lo que supone que el inversor frecuentemente desea una rentabilidad más a largo plazo. El inversor también puede conseguir rescatar su rentabilidad anualmente y los intereses suelen ser más elevados. La cantidad que se debe invertir es similar a los tipos anteriores.
Requisitos para Invertir en Deuda Pública
El perfil del inversor medio de deuda pública ha sido tradicionalmente conservador. Así lo demuestran datos recogidos en 2019 por el Banco de España. Por otro lado, Inverco informó que el patrimonio total en fondos de inversión nacionales ascendió a más de 270.000 millones de euros al cierre de septiembre de 2019.
Para invertir en deuda pública existen una serie de requisitos que se deben respetar. En primer lugar, la cantidad mínima que se puede invertir en los valores del Tesoro Público es de 1.000 euros. En caso de invertir una cantidad mayor, siempre debe ser múltiplo de 1.000 euros. El depósito se puede realizar en efectivo, cheque conformado o sin conformar.
Además, si se desea invertir en deuda pública, existen varios canales para hacerlo con efectividad. El inversor puede acudir presencialmente a una oficina del Banco de España y abrir una cuenta directamente. Esta cuenta se ejecuta exclusivamente para llevar a cabo operaciones relacionadas con la deuda pública, movimientos como compra y venta de activos. Por otro lado, también se puede acceder a la deuda pública a través de la web del Tesoro, solo es necesario introducir el DNI electrónico o certificado digital.
Cómo Funciona el mercado de Deuda Pública
El funcionamiento de la deuda pública en el mercado, se asemeja mucho a la deuda emitida por cualquier compañía. Al emitir una deuda pública, el Estado se compromete con el inversor a ofrecer una determinada rentabilidad en una fecha representada por el vencimiento.
Además, el Estado pagará periódicamente un cupón en concepto de interés. Por tanto, el inversor no tendrá que esperar hasta que venza la deuda para ir cobrando. Para comprar títulos de deuda pública, se puede acceder a un mercado primario/de emisiones, o a un mercado secundario/ de negociación.
Para acceder a un mercado primario se debe acudir a una subasta pública de letras, bonos y obligaciones en la sede del Banco de España o el Tesoro Público. Por su parte, en el mercado secundario se negocian los títulos de deuda pública una vez emitidos.
La inversión en Deuda Pública, ¿Segura?
Las inversiones no se disponen de una seguridad al 100%, todos los tipos de inversiones tienen sus riesgos. En la deuda pública se tienen que atender a varios peligros, como es la posibilidad de no recuperar la inversión por impago. Cuantas más deudas genere el país, más tiene que pagar al inversor. Por tanto, hay países emergentes como Brasil, China o India con mayores intereses en sus emisiones, pero también los que más riesgos suponen.
La economía española es muy segura, ya que está respaldada bajo la seguridad del Banco Central Europeo (BCE). No obstante, puede ocurrir algo parecido a lo que pasó cuando se dejó de proteger los intereses de Grecia, la prima de riesgo se disparó y entorpeció la financiación de la deuda pública.
Otro riesgo relevante es el tipo de mercado, se trata de la posibilidad de que los valores coticen por debajo del precio que se pagan por ellos. Cuando se invierte en deuda pública, se debe pensar en que la renta fija es fija, por tanto, va asociada a una rentabilidad preestablecida. Sin embargo, si se venden estos bonos en el mercado secundario antes de su vencimiento, se pueden encontrar con una depreciación.
Otro factor importante es la tributación de las ganancias obtenidas. A nivel fiscal, los diferentes tipos de deuda pública (letras, bonos y obligaciones) se consideran como rendimiento del capital mobiliario. Por su lado, las ganancias de los fondos de inversión se ubican en ganancias y pérdidas patrimoniales. Ahora bien, a efectos de pago de impuestos, no existe ninguna diferencia entre una u otra opción. Ambas se envuelven bajo la misma base imponible del ahorro.