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A la hora de invertir, una de las decisiones más importantes que debes tomar es cómo distribuir tu cartera entre renta fija y renta variable. Estos dos tipos de activos financieros tienen características, riesgos y rentabilidades diferentes. Su combinación adecuada puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de tu estrategia financiera.
Como asesores financieros en Madrid, te explicamos a continuación las diferencias clave entre estos dos tipos de inversión y cómo elegir la proporción óptima entre ambas según tu perfil de inversor y tus objetivos. ¡Empecemos!
Renta fija: principales activos, ventajas y riesgos a considerar
Al invertir en renta fija, prestas dinero a entidades públicas o privadas a cambio de un interés fijo durante un plazo determinado, más la devolución del capital al vencimiento. Aquí el inversor conoce de antemano el rendimiento que obtendrá, siempre que el emisor cumpla con sus obligaciones.
Principales activos de renta fija
- Depósitos bancarios: tu banco se compromete a devolverte el dinero depositado más los intereses acordados.
- Bonos: son títulos de deuda emitidos por empresas o entidades gubernamentales para financiarse. Te devuelven tu inversión más intereses al vencimiento del bono.
- Fondos de renta fija: invierten en depósitos, bonos y otros productos de renta fija. Recibes parte de los intereses obtenidos. Los fondos de renta fija pueden subir durante épocas de tipos de interés bajos, cuando los inversores buscan activos más seguros ante la incertidumbre o cuando se estabilizan los mercados tras una crisis. Más información en: cuándo suben los fondos de renta fija.
Renta fija: ventajas e inconvenientes
La renta fija presenta los siguientes beneficios para los inversores:
- Rentabilidad conocida: sabes cuánto vas a ganar desde el principio.
- Menor volatilidad: tu capital no se ve tan afectado por vaivenes del mercado.
- Mayor seguridad: se considera una inversión conservadora si el emisor es solvente.
Sin embargo, también tiene una serie de limitaciones:
- Rentabilidad limitada: suele ofrecer menores ganancias que la renta variable.
- Bajos tipos de interés: con tipos muy bajos, la rentabilidad de estos activos es muy reducida.
Además de estas desventajas, la renta fija presenta algunos riesgos que debes tener en cuenta:
- De impago del emisor
- De fluctuaciones en el precio de los bonos
- De no encontrar compradores para tus bonos
Es importante sopesar ambos aspectos antes de invertir en renta fija. Aunque sea una inversión más segura, también conlleva ciertos riesgos y limitaciones. Si quieres saber más sobre este tema en profundidad, visita nuestro post qué es la renta fija.
¿Qué es la renta variable?
La renta variable consiste en comprar una parte del capital de una empresa (acciones) o participaciones de fondos de inversión. Aunque partícipes de los beneficios y evolución de estos activos, aquí no hay garantías, como si hay con la renta fija.
Dependerá de los resultados de esas empresas o fondos obtener más o menos beneficios. Es decir, puedes ganar mucho si les va bien, como perder parte o toda tu inversión inicial si les va mal.
Principales activos de renta variable
- Acciones: comprar acciones de una empresa te convierte en copropietario. Recibes parte de sus beneficios y puedes venderlas más caras si crece.
- Fondos de inversión: invierten en muchas acciones o bonos para diversificar. Suben o bajan según los mercados.
- ETFs: muy similares a los fondos pero con comisiones más bajas. Replican un índice bursátil.
Ventajas y riesgos de la renta variable
Al igual que la renta fija, la renta variable presenta grandes ventajas, pero también riesgos importantes que debes tener en cuenta antes de invertir en estos activos financieros.
Entre las ventajas potenciales de la renta fija, se destacan:
- Mayor rentabilidad:
- Por crecimiento de la empresa
- Pagos de dividendos
- Aumento de la cotización
- Inversión más dinámica: permite aprovechar la expansión de los mercados, especialmente en los periodos alcistas.
No obstante, la renta fija conlleva algunos riesgos a tener en cuenta:
- Alta incertidumbre y volatilidad:
- El precio de las acciones cambia constantemente.
- Depende de factores complejos y variables.
- Riesgo de pérdidas:
- Puedes vender a un precio menor al de compra.
- Incluso perder toda la inversión si la empresa quiebra.
En definitiva, la renta variable puede ser más rentable, pero también más arriesgada. Requiere valorar bien la capacidad de asumir pérdidas antes de invertir. Los altibajos de la bolsa provocan nerviosismo en inversores poco experimentados.
Diferencia entre renta fija y renta variable
Antes de decidir dónde invertir tu dinero, es importante que conozcas bien las diferencias fundamentales entre renta fija y renta variable. Desde el riesgo y la rentabilidad esperada, hasta el horizonte temporal o los activos concretos, ambos tipos de inversión tienen características muy distintas.
Para resumir estas divergencias de una manera visual y esquemática, a continuación te presentamos un cuadro que compara los aspectos centrales de la renta fija y renta variable:
Criterio | RENTA FIJA | RENTA VARIABLE |
Riesgo | Bajo riesgo de perder el capital invertido | Alto riesgo de pérdidas |
Volatilidad | Estabilidad en el valor del capital | Mayor inestabilidad: precio de los activos cambia constantemente |
Rentabilidad | Rentabilidad limitada y fija desde el inicio | Mayor potencial de rentabilidad a largo plazo |
Tipos de activos | Depósitos, bonos, letras, fondos de renta fija | Acciones, fondos de inversión, ETFs |
Horizonte temporal | Inversión a corto y medio plazo | Requiere largo plazo para rentabilizar |
Finalidad | Preservar capital obtener ingresos estables | Incrementar el patrimonio Proteger del IPC |
Liquidez | Mayor facilidad para recuperar la inversión | Puede requerir más tiempo para vender activos |
Decisiones | No requiere monitorización frecuente | Requiere seguimiento periódico de inversiones |
En resumen, la renta fija es más estable y segura, mientras que la renta variable busca mayor crecimiento a largo plazo, pero conlleva más riesgo. Cada tipo de activo responde a distintas necesidades del inversor.
¿Cómo combinar renta fija y renta variable?
Hemos visto que la renta fija y la renta variable tienen ventajas e inconvenientes que las hacen complementarias. Por eso, lo más recomendable es combinar ambas en una proporción adecuada según el perfil y los objetivos de cada inversor. Así, se puede obtener una cartera diversificada, equilibrada y rentable.
Una cartera bien equilibrada incluirá una combinación óptima de activos de renta fija y renta variable. Dentro de la parte de renta fija, es aconsejable orientarse hacia los mejores fondos de renta fija, que suelen ofrecer mayor solvencia, rentabilidad y liquidez.
Este equilibrio permite obtener beneficios de la estabilidad de la renta fija y del potencial de crecimiento de la renta variable. Es importante ajustar continuamente la proporción de cada tipo de activo según el perfil de riesgo del inversor y las condiciones del mercado.
Regla universal según la edad del inversor
No existe una fórmula única y universal, ya que cada caso es diferente y requiere un análisis personalizado. Sin embargo, se puede establecer una regla general basada en la edad: cuanto más joven sea el inversor, mayor será el porcentaje de renta variable que podrá asumir.
Es decir, que existe una relación inversa entre la edad del inversor y los riesgos que este pueda adoptar. ¿Qué queremos decir con esto? Que mientras más joven sea el inversor, más tiempo tendrá para recuperarse de las posibles pérdidas y aprovecharse del efecto del interés compuesto. Al contrario, cuanto mayor sea el inversor (en edad), mayor será el porcentaje de renta fija que deberá tener, ya que tendrá menos tiempo para asumir riesgos y necesitará más seguridad y estabilidad.
Por ejemplo, un inversor de 30 años podría tener una cartera compuesta por un 70 % de renta variable y un 30 % de renta fija, mientras que un inversor de 60 años podría tener una cartera compuesta por un 40 % de renta variable y un 60 % de renta fija. Estos porcentajes son orientativos y pueden variar según las circunstancias de cada inversor.
Otros factores para establecer la combinación de renta fija y renta variable
Además de la edad, hay otros factores clave que determinarán la proporción ideal de renta fija y variable para tu cartera de inversión:
- Perfil y objetivos financieros: antes de invertir, es fundamental que sepas cuál es tu situación financiera. Esto implica evaluar: cuánto dinero puedes invertir, cuánto tiempo quieres mantener tu inversión, cuánto riesgo estás dispuesto a asumir y qué rentabilidad esperas obtener. Así, podrás elegir los productos más adecuados para ti y evitar decepciones o frustraciones.
- Tolerancia al riesgo: cuánta volatilidad estás dispuesto a soportar sin preocuparte o vender en pérdidas. Esto depende mucho de tu personalidad.
- Horizonte temporal: inversiones a muy largo plazo pueden asumir más renta variable. Inversiones a corto plazo, requieren más renta fija.
- Diversificación: combinar activos no correlacionados entre sí para reducir la volatilidad total de la cartera.
- Rebalanceo: ajustar periódicamente la proporción de renta fija y variable según evolucionen los mercados.
Esperamos que esta guía te haya resultado útil para entender mejor las diferencias entre renta fija y renta variable, como combinar ambas modalidades de inversión. Si tienes cualquier duda, no dudes en contactarnos. En Aspain11 estamos para ayudarte a diseñar una estrategia de inversión personalizada.